Aprovechamos la temporada de naranjas para preparar un postre con el que chuparse los dedos. Sencillísima de preparar y muy golosa, la combinación de ingredientes es sinónimo de éxito. En una hora estará lista para dejar reposar en la nevera y esperar a que enfríe y tome cuerpo (que es lo que más cuesta de la receta).

Esta tarta de naranja y chocolate es ideal para poner el broche de oro a una comida o cena de celebración sin apenas esforzarse. Apta para negados de la repostería, sobre todo si usáis masa quebrada comprada en el supermercado. También la podéis hacer en casa y el resultado será infinitamente mejor, ahí lo dejamos para quien se anime.

Ingredientes:

Para 8 personas
1 Masa quebrada redonda
4 Huevos
200 ml de Nata líquida para montar
2 Naranjas
100 g de Azúcar
10 g de Harina de trigo
80 g de Chips de chocolate (para la cobertura)
100 ml de Nata líquida para montar (para la cobertura)
20 g de Mantequilla (para la cobertura)

Cómo hacer tarta de naranja y chocolate

Forramos la base y los laterales de un molde de tarta con base desmontable (de 22 cm) con la lámina de masa quebrada. Retiramos el sobrante para que encaje bien. Colocamos encima una hoja de papel vegetal y una buena cantidad de garbanzos viejos (u otra legumbre). Cocemos en el horno, precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante 15 minutos. Retiramos y dejamos enfriar.

Mientras tanto rallamos las naranjas y exprimimos su zumo. Batimos junto con los huevos, la nata para montar, el azúcar y la harina hasta obtener una masa homogénea y sin grumos. Rellenar con ella el molde y lo llevamos de nuevo al horno, precalentado a 180 ºC con calor solo abajo (para que la masa base se cueza bien), durante 25-30 minutos o hasta que el relleno se vea cuajado. Retiramos y dejamos enfriar.

Cuando la tarta esté fría preparamos la cobertura. Para ello calentamos la nata y apagamos el fuego antes de que llegue a hervir. Agregamos el chocolate y la mantequilla. Removemos bien para integrar al tiempo que se funden. Dejamos atemperar unos minutos antes de extender sobre la tarta.

Podemos servir inmediatamente, pero la cobertura estaría demasiado líquida. Por ello proponemos guardar la tarta en la nevera durante un mínimo de media hora, incluso más. Así nos aseguramos que, al desmoldar y porcionar, queda impecable.

Fuente: Directo al Paladar

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