“A este paso, nos tendremos que repartir miseria. No había pasado nunca una cosa así, a esta velocidad”. Es el comentario lapidario de José Luis Miguel, director técnico de Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos). Y es que el 2021 ha pasado factura al sector primario, que ha tenido que enfrentarse a una subida de costes sin precedentes, que, según sus cálculos ya supera un 30%.
“El detonante es el encarecimiento de la energía”, comenta Miguel. A todo esto hay que sumarle más elementos alcistas, como el boom de las materias primas y del coste del transporte, además de la sequía. Una tormenta perfecta que ha causado en el último año, según Coag, un descenso de la renta agraria por unidad de trabajo anual del 6%. El campo hoy es más pobre. Y las protestas, lideradas por el sector ganaderos, se suceden en distintos lugares de España.
“Es como si los precios hubieran subido un peldaño en la escalera, porque lo que más sube es también lo que más pesa en los costes de los insumisos de los productores”, nota Pedro Barato, presidente de la Asociación Agraria-Jóvenes Agricultores (ASAJA), que recogió en enero los aumentos anuales en distintas categorías (véase columna adjunta).
La mayor partida del presupuesto de los empresarios agrícolas y ganaderos acostumbran ser los piensos para animales, que representan casi la mitad de su estructura de costes. En este apartado, cereales y soja se han disparado. “El problema no solo es el incremento de los precios, sino la dependencia que sufre con esta materia prima del campo español, que en el caso de la soja es total”, recuerda José Luis Miguel.
Uno de los componentes que más se ha encarecido en los últimos meses han sido los fertilizantes, que han más que duplicado su coste debido al repunte del precio del gas, que es necesario para su fabricación. De hecho, la otra pata que sacude el sector es la energía, que va desde el precio de los carburantes (como el gasóleo) hasta la energía eléctrica. En este último caso las explotaciones agrícolas son las que más sufren, porque los sistemas de riego intensivo implican un gasto importante. “Parte del encarecimiento, como el de los cereales o la soja, es imputable a la especulación en los mercados internacionales. Cuando el dinero está barato, los fondos de inversión aprovechan para comprar”, destaca Pedro Barato.
Especulación, cambio climático y transición energética: el campo está atrapado en una tormenta perfecta
La coyuntura climática tampoco es buena. El sector en España denuncia que está sufriendo “una sequía atroz” que está perjudicando muchos cultivos en la zona sur del país, con el consecuente aumento del precio del agua.
La puntilla puede venir del estallido de un eventual conflicto bélico en Ucrania. “Ucrania es un exportador clave de cereales hacia Europa. Posibles restricciones de gas podrían llevar la factura energética por las nubes. Y una escalada de sanciones económicas acabaría perjudicando todavía más las exportaciones de frutas y hortalizas europeas a Rusia”, sostiene Pedro Barato.
En el futuro (no se espera que los fondos europeos puedan desplegar sus efectos antes del 2023) se prevé que el impacto de esta subida de costes sea desigual porque algunos precios están sujetos a las oscilaciones de los ciclos productivos. Por ejemplo, abonos y fertilizantes podrían bajar en las próximas semanas, en función de los ritmos de las cosechas, mientras que la ganadería es la que tiene que absorber el repunte durante un tiempo más prolongado.
La ley de la cadena alimentaria aspira a corregir los desequilibrios pero hay escepticismo
La aprobación de la ley de la cadena alimentaria, que pretende asegurar que los agricultores y ganaderos reciban una remuneración que no se sitúe por debajo del coste de producción, aspira a ser un salvavidas para reducir el impacto de esta coyuntura adversa.
Sin embargo, el sector critica que a esta norma le falta un valor de referencia para calcular los costes de producción. Carles Vicente, responsable de organización de Unió de Pagesos, confirma que “se está dando una situación paradójica, en la que ciertos consumidores empiezan a notar subidas en los precios de los productos finales, mientras que muchos productores siguen vendiendo por debajo de coste. Esto se debe al poder contractual de las empresas de distribución y a la falta de concreción de las normas legales que deberían definir y fijar los porcentajes de posición dominante, para que la transmisión en la cadena de valor sea más justa”.
Tal como comenta un empresario agrícola de Lleida, “esta crisis refleja el problema endémico del sector en España: la falta de economía de escala y su atomización. Los agricultores tienen poca fuerza a la hora de negociar contratos y les faltan medios y recursos para competir en la aldea global”. El medio rural ha convocado una manifestación en Madrid el próximo 20 de marzo
Incremento anual de los costes agrícolas
198%-252% | Fertilizantes. Según Asaja, estamos ante la campaña “más cara de la historia”. Han subido todos los elementos químicos: fósforo, potasio, nitrógeno, como consecuencia de la crisis energética mundial.
208% | Energía eléctrica. La subida de la factura, que no es otra cosa que consecuencia del incremento del precio del gas, afecta a las explotaciones agrícolas que consumen mucha electricidad para el riego.
191% | Fitosanitarios/pesticidas. Su incremento es imputable a las materias químicas básicas. El glisofato (Roundup) se ha puesto por las nubes. Desde 3,3 euros por litro en octubre del 2020 a 4,90 euros dos años después en el 2022.
150% | Abono. Desde el año pasado hasta la actualidad, el incremento ha sido de tres dígitos. Un camión de 2.500 kg de abono, que suponía en octubre del pasado año un coste de 4.000 euros, en la actualidad llega a los 10.000.
78% | Gasóleo. El precio en cooperativas del gasóleo B se ha disparado desde octubre del 2020. Esta semana los carburantes en el surtidor han alcanzado cotas nunca vistas. El barril de Brent podría llegar a los 100 dólares en caso de conflicto con Ucrania.
59% | Plástico. Este material es esencial en la agricultura por ejemplo para la instalación de invernaderos. El incremento del precio del petróleo en los últimos meses se ha trasladado a los derivados plásticos.
33% | Agua. La sequía no solo es algo que golpea a España, sino también a otras potencias agrícolas mundiales, como por ejemplo Brasil. Los regantes han tenido que pagar más por el consumo necesario para sus cultivos.
29,7% | Costes salariales. En este caso el porcentaje es el reflejo de la acordada subida del salario mínimo (SMI) y esto sin incluir las subidas de las cotizaciones a la Seguridad Social.
27% | Piensos. El precio depende de los mercados internacionales de los cereales. El año pasado se registró una disminución de la producción, debido a factores medioambientales. Una guerra
en Ucrania podría agravar la situación.
15% | Semillas. Las de cereal registran precios al alza como consecuencia del incremento no solo de la materia prima, sino de los materiales para los suministros (sacos, palets, etcétera). Las semillas de colza, girasol y maíz suben un poco menos.
VIA: https://www.lavanguardia.com/economia/20220206/8037626/crisis-energetica-dispara-coste-produccion-agricola-ganadera.html